Los sueños como una actividad de expresión. Recordar lo que soñé una noche anterior como un ejercicio de memoria se ha convertido en un hábito. Dibujar mis sueños ha sido un reto, un ejercicio de creatividad para conocerme y descubrir mi propio estilo. Improvisar con mi subconsciente, purgar lo intangible, desobedecer la realidad y jugar con lo absurdo por medio del dibujo, me hace existir.